domingo, 21 de septiembre de 2014

Panamá y el dilema de la educación sexual

domingo 21 de septiembre de 2014 - 12:01 a.m.

Una nueva propuesta para que, entre otras cosas, en los colegios se imparta educación sexual ha llegado a la Asamblea Nacional. 
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Adrián D. Todd
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‘Con esta ley, ¿qué mensaje le estamos dando a los jóvenes? ¿Que se revuelquen como animales por ahí, con quien sea, mientras no salgan embarazas?’, cuestiona Aixa Gómez, presidenta de la Confederación de Padres de Familia de Panamá, sobre el anteproyecto de ley 85, por el cual se adoptan políticas públicas de educación integral, atención y promoción de la salud’, que presentó el diputado Crispiano Adames y que ha revivido el debate sobre si la educación sexual debe estar dentro del pénsum académico de los estudiantes panameños.
‘No es la primera vez que se presentan y no es la primera vez que nos oponemos’, indica la presidenta de la Confederación. Efectivamente, ya en el gobierno de Martín Torrijos se habló de la educación sexual en los colegios y también en el periodo de Ricardo Martinelli. En ambas ocasiones, con resultados negativos.
¿Será esta tercera ocasión la definitiva o Panamá seguirá postergando el tema indefinidamente?
EL ROL FAMILIAR
Gómez explica que no está en contra de la educación sexual: ‘Como padres de familia, no nos oponemos a que se dé’, comenta; pero aclara que se debe dar con valores y, en primer lugar, en el hogar. ‘Hay que enseñarles a las jóvenes a respetar su cuerpo, hay que enseñarles a las jóvenes la responsabilidad que conlleva una sexualidad’.
Orlando Quintero, director de la Fundación Pro Bienestar y Dignidad de las personas afectadas por el VIH/SIDA (Probidsida), coincide con Gómez, pues, desde su perspectiva, ‘la educación comienza en el hogar, incluyendo la educación sexual’. Empero, el médico señala algo: ‘hay un problema, una crisis familiar, no hay familias. Es muy común ver a las madres que también son padres, y se la pasan trabajando y no dan esa educación’.
Que el proyectoes contrario a la patria potestad, no es cierto; en todas sus letras reconoce ese derecho, que es constitucional. Juana Cooke directora de Aplafa

Quintero señala que, además, ‘el tema de la sexualidad está bajo el paraguas de la estima y del tabú sobre el tema. Son muy pocos los padres que le hablan a los hijos sobre sexualidad’. El dirigente por los derechos de las personas con VIH y sida, apunta a que ‘el hogar siempre ha sido donde se debe hacer el primer paso, el papá es siempre el primer indicado para tocar el tema; pero si ese plan ‘A’ falla, y así está sucediendo, ¿cuál es el próximo paso? Hablarlo en las escuelas, el otro lugar en donde se les podría hablar al respecto’.
A pesar de la explicación de Quintero, hay algunos sectores que creen que el proyecto tampoco puede desestimar tanto a los padres. Por ejemplo, Diógenes Sánchez, de la Asociación de Profesores de Panamá (Asoprof), dice: ‘El documento puede ser mejorado en algunas cosas, creo que debe tomar más en cuenta el papel del padre en la educación sexual de sus hijos’. A pesar de esto, el docente rescata: ‘La propuesta también tiene cosas positivas’.
Aixa Gómez opina que el documento ingresado a la Asamblea por Adames le resta poder a los acudientes: ‘Decirle a los jóvenes que tomen anticonceptivos o que usen condón, eso no es educación sexual. ¿Cómo le puedes decir a tu hija que se puede hacer un aborto sin consentimiento de sus padres o sin que ellos se enteren? ¿Dónde está el derecho de los padres? Para unas cosas, los padres tenemos obligaciones y para otras, no cuenta nuestra opinión’, argumenta y, entonces, recalca: ‘Sin los padres, los menores no tienen potestad para tomar decisione s de lo que hacen o no’.
FALTA DE INFORMACIÓN
Diógenes Sánchez comenta que ‘el documento debe ser más divulgado, discutirse más en la ciudadanía, para que todos tengamos un criterio amplio’.
Juana Cooke, de la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia (Aplafa), una de las organizaciones involucradas en la redacción del proyecto, coincide con Sánchez en que la propuesta es poco conocida por la ciudadanía. Cooke considera que esta desinformación lo que ha ocasionado es que haya ‘muchos mitos alrededor del proyecto’. ‘Ha habido un proceso de desinformación, ya que se asume que se promueven conductas irresponsables en cuanto a la educación integral de la sexualidad’, añade la directora de Aplafa.
Cooke indica, además, que en el anteproyecto 85 ‘la definición que se maneja de ‘educación integral de la sexualidad’ es un concepto integral que incorpora valores, la dignidad de la persona y, sobre todo, el tema de la patria potestad. Que el proyecto es contrario a la patria potestad, no es cierto, en todas sus letras reconoce ese derecho, que es constitucional’.
EXCESO DE INFORMACIÓN
Quienes tienen demasiada información son los jóvenes. Por lo menos, así lo ve el profesor Sánchez quien, opina que hay que controlar lo que llega a las manos de los menores de edad: ‘Hay que concienciar al muchacho de manera más científica y académica de la responsabilidad que tiene en sus relaciones sexuales. Es necesario divulgarle y explicarle al muchacho que la sexualidad es un tema muy importante. Con esto no adoptamos ningún tipo de libertinaje ni estamos convocando al sexo libre; pero creemos que el muchacho debe tener suficiente información para que no la consuman de manera irresponsable a través de los medios de comunicación y las redes sociales’.
Orlando Quintero coincide con el docente: ‘Hay una situación difícil, los jóvenes tienen todos los medios de comunicación, y no solo televisión, sino las redes sociales, celulares y demás elementos tecnológicos, con los cuales se alborotan las hormonas y se dispara el deseo de tener las relaciones sexuales sin ningún tipo de protección’. Pero el pediatra añade otros dos factores: ‘Le puedes dar a un joven toda la educación sexual del mundo, pero hay un alto consumo de bebidas alcohólicas y de drogas. Las drogas y el alcohol, cuando los consumes, te llevan a hacer cosas que no harías normalmente. Júntale a la ganas de sexo, de cama, drogas y alcohol, y un ambiente muy cargado de muchos signos que influyen (lo que ven en TV, en internet, etc.), eso es un caos, que es lo que se vive ahora mismo’.
PROYECTO INTEGRAL
Juana Cooke cree que limitar la discusión a si se debe dar educación sexual o no en las escuelas es reducir el debate a muy poco. La directora de Aplafa argumenta que este proyecto también aborda ‘medidas relacionadas a la salud de las personas, incluyendo el combinar el Estado para que haga viable para las personas que no pueden tener hijos, que existan los tratamientos, que existan los medicamentos que permitan a las personas los tratamientos de infertilidad que no se mencionan cuando se habla de este proyecto de ley’.
El profesor Sánchez considera que el tema de salud es uno de los puntos fuertes del anteproyecto y resalta una parte en particular: ‘La creación de sedes de las organizaciones que avalan la ley en áreas marginadas donde, los campesinos sobre todo, no tienen acceso a servicios sociales de salud. Muchas de estas instituciones podrían cubrir esas áreas donde el Ministerio de Salud no llega, para darle ese tipo de información y de salud a las áreas campesinas, que son las que mayor desconocimiento tienen sobre salud sexual’.
TOMAR ACCIONES
‘Hay que asumir una responsabilidad, pero nadie la asume, nadie da los primeros pasos’, considera Orlando Quintero, quien agrega ‘este (la aprobación de una ley sobre educación sexual), es un proceso que hay que empezar, los beneficios y sus logros se verán a mediano o a largo plazo’.
Diógenes Sánchez concluye que los docentes apelan a ‘una educación sexual responsable y fundamentada en los valores de respeto y amor al prójimo. No podemos ponderar el libertinaje en los estudiantes’.
Por su parte, Aixa Gómez lo único que desea es que los padres sean escuchados: ‘Le pedimos al honorable y a la comisión que tengan en cuenta a los padres de familia, que sean más serios’.

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