martes, 2 de septiembre de 2014

Cantidad de 'ninis' aumentó 3.4% en un año

Entre 2004 y 2009 la economía generó 15 mil 700 nuevos empleos juveniles. De 2009 a 2014 se redujo a 8 mil 938.

DELINCUENCIA. Entre 2007 y 2012 el numero de pandilleros activos ...
DELINCUENCIA. Entre 2007 y 2012 el número de pandilleros activos aumentó de mil 385 a 7 mil 500, un incremento del 441%, porcentualmente 23 veces más que el crecimiento del empleo. LA PRENSA/Archivo.
02/09/2014 - La participación de los jóvenes panameños (15-29 años) en el mercado laboral local se ha deteriorado sistemáticamente en la última década.

Mientras que en el período entre 2004-2009 uno de cada tres panameños jóvenes obtenía un empleo estable, la cifra se redujo a uno de 28 durante 2009-2014.

Como consecuencia de este fenómeno, la cantidad de jóvenes que no trabajan ni estudian -conocidos como “ninis”- aumentó un 3.4% entre marzo de 2013 y el mismo mes de este año. La cifra, de acuerdo con los registros de la Contraloría General de la República, pasó de 203 mil a 210 mil.

De la población total del país, cerca de 3.7 millones, 907 mil 255 tienen entre 15 y 29 años. Por ende, se deduce que el 23% de los panameños en este rango de edades no estudia ni trabaja.

En 2009, la cantidad de jóvenes económicamente activos (ocupados) era de 442 mil 872, cifra que al compararla con los 451 mil 810 registrados a marzo de 104 revela que 8 mil 938 consiguieron empleo entre en el último quinquenio (ver tabla).

“Es preciso crear oferta laboral sostenible para jóvenes, a través de la educación técnica, seguimiento y la exploración de posibles incentivos a la formación e inserción laboral estable de grupos vulnerables”, explica René Quevedo, consultor en reinserción y autogestión sostenible.


MANO DE OBRA IMPORTADA

Y el futuro laboral a corto y mediano plazo no se ve muy alentador para los jóvenes panameños, a menos que el Estado logre implementar medidas eficientes que reviertan la situación.

La firma Nathan Associates, en su informe final a la junta directiva de la ACP en mayo 2012, prevé que entre el 28% y el 45% de los empleos generados entre 2013 y 2025 requerirá de la importación de mano de obra extranjera.

Para amortiguar esta realidad que genera una economía con crecimiento sostenido en los últimos años, el presidente Juan Carlos Varela prometió durante su campaña que de ser electo construiría 50 colegios vocacionales en el país para formar jóvenes en áreas específicas.

Esta propuesta de campaña del actual mandatario panameño coincide con la opinión del economista Raúl Moreira, que enfatiza en que “la necesidad de contar con una mano de obra adecuadamente calificada para una economía en crecimiento es sumamente necesario”.

“Sin embargo, ha habido una falta de visión de parte de los gobiernos (...). No tiene sentido decir que hay que importar mano de obra, cuando hay tanta gente desempleada, a pesar de que se dice que hay pleno empleo. En realidad es empleo informal de mala calidad”, agrega el expresidente del Colegio Nacional de Economistas.
En efecto, cifras de la Contraloría revelan que el sector informal en el país es de 38.6%, lo que significa que 38 de cada 100 panameños no cotizan en la Caja de Seguro Social y no pagan impuestos.

Moreira entiende que la cantidad de mano de obra que se importa del extranjero es fruto de que los gobiernos no han identificado claramente el objetivo o estilo del desarrollo de la economía del país, a fin de ir preparando adecuadamente a los panameños para que estos sean los que aprovechen las oportunidades laborales que se generan.

“(...) Es una cuestión de conformismo, y abrir de par en par los crisoles de raza que consideren necesarios, en vez de formar a los “ninis” que están en la calle y darles realmente una posibilidad de formación para que sea la mano de obra panameña la que cubra esas necesidades, porque población para hacerlo hay”, advierte Moreira.
Actualmente, el 61.4% de la población es económicamente activa, o un millón 694 mil 787 panameños, revelan los datos de Contraloría, que además señala que a marzo de este año la tasa de desempleo se encontraba en un 4.3%.

Pero la cantidad de extranjeros que trabajan en el país no es el único factor que afectaría las posibilidades de obtener un trabajo de los jóvenes panameños.

Sumado a que la edad promedio del trabajador panameño es de 41 años, se encuentra que la edad promedio de las contrataciones del sector formal de la economía en los últimos cinco años fue de 48 años, y la escolaridad de 13.2 años aprobados.

La media de la fuerza laboral panameña es de 11.2 años de escolaridad. En su informe Mejores empleos en Panamá: el rol del capital humano, publicado en 2012, el Banco Mundial reveló que Panamá es el país latinoamericano con la mayor proporción de adolescentes que ven la educación como una pérdida de tiempo.

DESEMPLEO Y DELINCUENCIA

Uno de cada cuatro jóvenes panameños ni trabaja ni estudia. “En contraste, aportan el 60% de las 70 mil detenciones que efectúan los organismos de seguridad anualmente”, explica Quevedo.

“La relación entre el empleo juvenil y la delincuencia se evidenció en el período 2007-2012, cuando se agregaron 264 mil 166 nuevos empleos a la economía (19% de aumento), pero el número de pandilleros activos aumentó de mil 385 a 7 mil 500, un incremento del 441%, porcentualmente 23 veces más que el crecimiento del empleo”, agrega.

Al consultarle a Moreira cómo podría afectar a la economía del país el creciente número de “ninis” y la contratación de mano de obra extranjera para subsanar la carencia en este sentido a nivel nacional, el especialista indicó que Panamá es uno de los pocos países de Latinoamérica que en vez de obtener un ingreso neto de remesas que viene del extranjero, envía más dinero al exterior.

Por ello, resume que “económicamente hablando, puede crear a largo plazo un problema de liquidez externa”.

UN FENÓMENO EN EXPANSIÓN

210 mil
Jóvenes panameños entre 15 y 29 años ni estudian ni trabajan. A marzo de 2013, la cifra era de 203 mil.

28%-45%
De los empleos que generará la economía panameña entre 2013 y 2025 requerirá de mano de obra extranjera, ante la falta de trabajadores calificados en Panamá.

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