martes, 7 de octubre de 2014

¿La educación sexual integral es buena o mala idea?

Ana Carolina Guerra y Alejandro Chevalier

opinion@prensa.com

04/10/2014 - Sabemos que la sexualidad forma parte de la vida de todos los seres humanos y de su reproducción. Sin embargo, entendemos que los futuros padres deberían cumplir con una serie de requisitos como madurez, sostenibilidad en pareja y apoyo económico. De no cumplir con esto, es probable que la crianza de sus hijos no sea del todo completa ni sólida.

Actualmente se debate un proyecto de ley que busca poner en práctica un plan de educación sexual integral en todos los colegios públicos del país. Para decidir si esto es viable o no, hay que considerar algunos aspectos. Primero, el 31% de los niños que nace en Panamá es producto de embarazos adolescentes.

¿Será que ellos desconocen las diferentes precauciones que pueden tomar o será que no saben medir las consecuencias de sus actos? Tal vez la respuesta sea un poco de ambas cosas, pero en definitiva son interrogantes que nos hacemos en el presente debate.

Por otro lado, algunos mencionan que la implementación de la educación sexual integral es un “riesgo”, porque los niños aprenderían más rápido sobre el sexo y lo practicarían a edades más tempranas.

¿Qué es más importante, darle a los jóvenes la oportunidad de comprender el concepto y otros aspectos que fortalezcan sus ideales y valores, para que sepan cómo comportarse, o permitir que crezca la ignorancia y se sigan incrementando las cifras de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos no planificados?

Muchos padres de familia critican la enseñanza del sexo a tan tempranas edades, mientras que otros repudian el hecho de que no se les enseñe nada al respecto.

Es necesario analizar la situación de forma objetiva, aunque pueda o no causarle incomodidad a muchos adultos. Es cierto que los niños no deberían involucrarse en relaciones sexuales, sin embargo el creciente porcentaje de embarazos indica que lo hacen, por eso debemos enfrentar la realidad. Esto solo es posible si se busca un punto medio entre aquellos que simplemente deciden ignorar la problemática y los que tienen la iniciativa de buscarle una solución, pero fracasan al momento de elaborar el mejor plan de acción posible.

Recordemos que la educación tiene enseñanzas negativas y positivas, y que es necesario inculcar entre los niños la capacidad de analizar lo bueno, lo malo y lo feo, pues solo así se darán cuenta del camino que desean llevar.

Como jóvenes, pensamos que se requiere una educación sexual integral y que su puesta en práctica no significa descuidar los valores que los padres le pueden inculcar a sus hijos en el hogar. Sin embargo, en vista de que cada día son más los matrimonios inestables, le corresponde al Estado buscar la manera más segura para que los niños aprendan a discernir y procesar la enorme cantidad de información de este tipo que reciben por diferentes vías.

Consideramos que es un derecho humano tener acceso a este conocimiento, sobre todo en el caso del sector joven de la población. Esto incluye comprender conceptos como el respeto en las relaciones, orientación sexual, equidad de género y planificación familiar responsable.

En conclusión, hay que aplicar el programa en las escuelas y darle seguimiento a las cifras de embarazos en los próximos años, y si no funciona, entonces se podría revisar el temario. El que nada arriesga, nada gana. Estamos ante una situación que impone arriesgarnos por el bien de todos los niños de nuestro país.

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