martes, 17 de junio de 2014

Hora de la educación inicial: Carolina Freire

CAROLINA FREIRE

17/06/2014 - Es ampliamente conocido que las bases del aprendizaje se establecen en los primeros años de vida. Estudios científicos han comprobado que durante esta etapa las funciones cognitivas se desarrollan exponencialmente y somos altamente receptivos a los estímulos que promueven el desarrollo de los sentidos y del lenguaje. Sabemos también que los efectos de las experiencias tempranas perduran y se manifiestan en la adolescencia y en la vida adulta. Es por ello que los niños y niñas que reciben desde el nacimiento el afecto, cuidados y estímulos necesarios tienen mayor probabilidad de permanecer en la escuela, obtienen mejores resultados académicos y se insertan de manera productiva en el mundo laboral. Como inversión, elevar la calidad y alcance de la educación inicial, desde los 0 hasta los 5 años, tiene un alto retorno para la sociedad.

En los últimos años, Panamá ha logrado aumentar progresivamente la cobertura del nivel preescolar. Según datos del Ministerio de Educación, a 2013 el 70% de los niños y niñas de 4 y 5 años estaba matriculado en este nivel educativo. El país también actualizó el currículo de preescolar y fue pionero en crear el de 0 a 3 años. No obstante, un tercio de los niños en edad preescolar está aún fuera del sistema y aproximadamente la mitad de los que sí asisten acude a centros no formales que operan muchas veces con infraestructura física, equipamiento y materiales inadecuados.

Para los niños más pequeños el acceso al aprendizaje temprano es muy limitado. Datos del Ministerio de Desarrollo Social revelan que los 98 Centros de Orientación Infantil y Familiar públicos del país atienden a escasamente 3 mil 570 de los más de 320 mil niños de 0 a 4 años del país (el 1%). Al estar concentrados principalmente en áreas urbanas, los centros benefician principalmente a la población infantil con el menor nivel relativo de pobreza. Así las cosas, la oferta de COIF está divorciada de otros programas de protección social restando eficacia a los esfuerzos gubernamentales por ampliar las oportunidades. En los últimos años el Estado Panameño ha invertido mucho en la educación media con iniciativas como la beca universal, la transformación curricular, el equipamiento de aulas tecnológicas y la entrega computadoras portátiles. Si bien la educación secundaria y superior son críticas para el desarrollo, es hora también de enfocar las prioridades y enfilar los esfuerzos hacia elevar la calidad y cobertura de la educación inicial.

Lo que el Estado haga hoy por aumentar el acceso al aprendizaje temprano lo cosechará con creces. A corto plazo cerraremos las brechas de oportunidad que excluyen a los niños más pobres de alcanzar su máximo potencial. Elevaremos el bienestar de la niñez, cultivaremos mejores ciudadanos, y reduciremos la deserción y repitencia escolar. A mediano y largo plazo, estaremos garantizando el desarrollo del capital humano, única herramienta que nos garantiza reducir la pobreza y la inequidad a la vez que logramos un crecimiento económico sostenible.

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